Contexto social e histórico


La España de los años cuarenta: contexto político, social, religioso y cultural


La Guerra Civil finalizó sin acuerdos con la derrota militar de un bando. El país estaba arruinado económicamente. El estrecho marco de libertades suprimió la lucha política. Por un lado, representó la reconstrucción de España en todos sus órdenes; pero por otro,  supuso una fuerte represión y “limpieza” del bando derrotado.


La economía quedó destrozada. Lo peor no fueron las destrucciones por bombardeos y requisas en campos, ganadería, fábricas, casas... El mayor lastre económico de la guerra fue su financiación. Los gastos consumieron las reservas de la República y endeudaron a los vencedores. El país, sin apenas recursos propios, hubo de hacer frente a la reconstrucción sin ayuda externa, porque en septiembre de 1939 estalló la Segunda Guerra Mundial


Uno de los rasgos cotidianos de la dureza en los años cuarenta, mas hasta 1945, fue el hambre. Como es normal, resultó más llevadero en los pueblos que en las grandes ciudades. El problema no fue el racionamiento, sino la imposibilidad de atender las necesidades alimenticias de la población. La desnutrición elevó la incidencia de las enfermedades y de las muertes.


La Guerra Civil estuvo presente durante los años cuarenta. Con una intensidad especialmente notable hasta 1945. Su dureza, sus víctimas –ausencias, muertos y mutilados– y el carácter trágico de las limpiezas de las retaguardias, conformaron el trauma nacional.


El triunfo de Franco implantó un régimen dictatorial, militarista, nacionalista, tradicionalista, confesional y con afinidades fascistas.





En cuanto a la iglesia: Al terminar la guerra el sentimiento general del clero español hacia los militares y hacia el régimen de Franco era de agradecimiento, por haberles salvado la vida en muchos casos y porque enseguida comenzaron las ayudas para reconstruir templos y establecimientos eclesiásticos. Enseguida las órdenes religiosas recibieron facilidades para reanudar sus tareas educativas en los niveles primarios y secundarios.

Durante la década aumentaron los índices de práctica religiosa en toda España: asistencia a Misa, práctica de la confesión sacramental, procesiones, etc. 


La primera misión pastoral del clero español fue clara: construir una nueva sociedad sobre el perdón. Pero no era ese el sentimiento mayoritario entre los dirigentes políticos y tampoco entre los que se sentían vencedores de una lucha a muerte, o los que no lograban asimilar las injusticias cometidas en sus deudos por los ahora vencidos.



La Guerra Civil concluyó con la derrota militar de un bando, sin acuerdos. El país estaba económicamente destrozado. En muy amplia medida, la contienda supuso el triunfo de principios culturales y sociales propios de los diversos tradicionalismos anteriores a la Segunda República. Durante estos años se forja la generación que asumirá el poder a partir de los años cincuenta. 

En su vertiente positiva, representó la reconstrucción de España en todos sus órdenes; en negativo, la fuerte

represión y “limpieza” del bando derrotado.